11 de marzo de 2012

GRANDES DERBYS (TERCERA PARTE)

En esta tercera entrega nos trasladamos a la península itálica, la tierra del gran imperio romano, dónde verdaderos guerreros se enfrentan durante 90 minutos, dejando a los testigos de estas batallas épicas extasiados al borde de la locura, son los grandes derbys del Calcio.

A.C. MILÁN V.S. INTERNAZIONALE MILANO

El Derby de Milán, el duelo della Madonniana, Rossoneri v.s. Nerazzurri, A.C. Milán contra Internazionale. Este clásico sin duda debe estar en el podio de las rivalidades deportivas gracias a su intensidad tanto en la tribuna como en la cancha.

Todo se remonta a 1899 cuando fue fundado el Club de Cricket y Fútbol de Milán, sin embargo a pesar de su exitoso comienzo,  una disensión interna dentro del club dividió al equipo en dos, nombrando a la segunda mitad Internazionale Milano. Este es el nacimiento de unos de los derbys más emocionantes de la península de la bota, basando sus diferencias en raíces socio-económicas. Milán como representante de las clases obrera, mientras que Inter de las clases medias y altas, aunque hoy en día este aspecto parece no tener relevancia dadó el poderío económico de ambos clubes.

En los años 60, este derby dominaba fuertemente el fútbol italiano. Ambas escuadras eran lideradas por figuras carismáticas. Para el Inter jugaba Sandro Mazzola, leyenda del calcio, mientras que para el Milán lo hacía Gianni Rivera, otro gigante de Italia. Estos dos eran grandes responsables de la adversidad entre ambos equipos. Es más, el recelo entre ellos era tan grande, que cuando eran convocados a jugar para la selección italiana, no podían hacerlo al mismo tiempo, uno jugaba el primer tiempo y el otro el segundo. En la mitad de los 60, todo fue de Inter, ganaron dos veces la Serie A y una Champions League. El Celtic, en la final de la Champions de 1967 les negó la obtención de un tercer título consecutivo. A quien le fue bien tanto al principio como al final de la década fue al Milán, ganó la Copa de Europa tanto en 1963 como en 1969.

En la década del 70 el clásico no tuvo grandes sobresaltos, pero en los 80 la temperatura de los encuentros volvió a subir considerablemente. El Milan trajó a las tres estrellas holandesas: Marco van Basten, Frank Rijkaard y Ruud Gullit. Inter tenía su propio trío estelar versión alemana, con Andreas Brehme, Jurgen Klinsmann y Lotar Matthäus. De manera coherente, cuando Holanda enfrentó a Alemania en el Mundial 1990 en Italia, tuvo lugar en el San Siro de la ciudad de Milán.

Los dos son muy orgullosos de su record en Europa. El Rossoneri ha ganado la Copa de Europa 7 veces contra dos de los Nerazurri. Pero en el 2005, cuando se vieron las caras por última vez en dicha competencia, por los cuartos de final, casi salta la térmica. Los tifossi del Inter estaban enfurecidos con el árbitro del encuentro y lo hicieron saber cuándo tiraron unas botellas y otros objetos hacia el campo de juego. Uno de ellos se estrelló en la cabeza del arquero del Milán, el brasileño Dida. El partido fue suspendido y Milán declarado como ganador.

La UEFA no lo dejó pasar e Inter fue severamente multado. Los dos se habían enfrentado dos años antes, en las semifinales de la Champions League del 2003. Como ambos equipos juegan en el San Siro, Milán fue nombrado visitante para el partido de vuelta. Este hecho fue vital, ya que el primer chico fue 0-0 y el segundo terminó 1-1, lo que le dio a los de rojo y negro el pasaje a la final. En la final el Milán derrotaría a la Juventus, en lo que fue una verdadera finalísima italiana, pero una final entre ellos y el Inter hubiera sido aun más grande.

Inter-Milán tiene tan fuertes emociones que hasta ha tenido el poder de separar familias enteras. Giuseppe Baresi fue una estrella del Internazionale. Pero su hermano Franco lo fue aun más grande para el archirrival, es más, tal fue así, que Milán retiró el dorsal número 6 que él usó. La única persona que en verdad logró unificar a los dos equipos fue Giuseppe Meazza, quien jugó para ambos. Cuando falleció, recibió el honor más grande que jamás pudiera haber imaginado: el San Siro fue renombrado con su nombre.


Este es el derby milanés dónde sus jugadores, sus leyendas, sobre todo aquellas que han jugado en ambos clubes le dan ese toque de rivalidad y esa pasión en sus tribunas, el sentimiento de traición está latente y es considerado un partido de  máximo riesgo.





A.S. ROMA V.S. LAZIO

Se encienden las sirenas dentro del nuevo coliseo Romano, la ciudad eterna arde, el Estadio Olímpico está listo para la lucha de los gladiadores modernos A.S. ROMA – Lazio. El choque del Campidoglio supera con mucho lo meramente deportivo. Desde hace casi 80 años, esquematizando esta rivalidad exacerbada, cada temporada nos ofrece dos encuentros entre los romanos: " los del corazón profundo de la capital" y  "los de los nuevos barrios de la periferia".

Esta historia de pasión desenfrenada inicia por allá de los lejanos años 20’s. la ciudad de Roma contaba con por lo menos 8 equipos en la primera división regional. Italo Foschi, presidente del club Fortitudo Pro Roma creía que para ser competitivos contra los poderosos equipos del norte había que fusionarse de la misma forma en que lo habían hecho en otras ciudades como Bari, Nápoles o Florencia.

El 22 de julio de 1927, Alba Audace, Roman y Fortitudo se unieron para formar la Associazione Sportiva Roma, adoptando el emblema de la Loba del Capitolio y los colores amarillo y rojo, antaño del Fortitudo. De 1929 a 1940, el AS Roma jugó en el estadio del Testaccio, en el barrio del mismo nombre, sin duda el más popular de la capital y construido por Silvio Sensi, abuelo del actual presidente. El Lazio pudo haber entrado en esta fusión, pero el general fascista Giorgio Vaccaro, miembro del club y futuro presidente de la Asociación Italiana entre 1933 y 1942, se opuso rotundamente.


La Società Sportiva Lazio, por su parte, nació el 9 de enero de 1900, por iniciativa de nueve jóvenes romanos. Reunidos en la Plaza de la Libertad, donde aún hoy se congregan cada año numerosos hinchas para celebrar el aniversario del club en la noche del 8 al 9 de enero, se inspiraron en el ideal deportivo de los Juegos Olímpicos de Atenas de 1896, lo que explica el color azul claro de la camiseta del Lazio, semejante al de la bandera de Grecia.




El derby della stracittadina’, Roma y Lazio se odian a muerte, ambos clubes intentan representar a la plebe, nacieron para combatir contra los adinerados del norte, pero ser de la misma ciudad les obliga a luchar entre ellos, este derby “vale un mundial”. Lo que hace realmente diferente al ‘derby della capitale’ es su carácter político, ya que el partido mezcla dos vertientes en el epicentro del país, en la capital y en su corazón administrativo. La Roma siempre fue el equipo del pueblo, el que más seguidores logró entusiasmar en la ciudad y aquél que aún hoy tiene una masa superior al de su rival.

Los laziale, como su nombre indica, tienen mucha más hinchada en los alrededores, en la periferia y a nivel provincial. Fueron, desde su nacimiento, un club vinculado con las clases más poderosas de la capital, algo reflejado al tomar como escudo el águila del imperio romano. Los Gialorossi son apoyados por la tendencia izquierdista aunque no es tan reseñable, mientras los celestes tienen mayor fuerza en la derechista, por lo que las diferencias socioeconómicas a lo largo de su historia ya se dejaron notar desde sus primeros pasos. Esos problemas políticos siguen siendo hoy el problema número uno de una ciudad que se paraliza cuando sus dos vertientes comparan fuerzas en un césped que, caprichos del destino, están obligados a compartir desde 1950. El Olímpico, de dominio compartido, sólo se puede diferenciar en un detalle que refleja si quien está en juego es uno u otro. La Curda Sud es territorio romanista y la Norte laziale.

Cada edición del derby, si nadie lo evita, se pueden reeditar algunos de los habituales enfrentamientos violentos en los alrededores o, lo que es peor, dentro del propio estadio. En 1979, Vincenzo Paparelli, hincha de Lazio, murió al ser alcanzado por un cohete lanzado por un hincha de la Roma. Este recuerdo, al que se hace referencia en cada clásico con una pancarta, honra a los seguidores, que pierden toda lógica cuando usan esas mismas cartulinas para increpar, insultar y abuchear a los jugadores de color de la Roma, esto debido al carácter fascista que se ha arraigado entre los tifossi de la Lazio y los vínculos de este club con el dictador Beniro Mussolini.


PAOLO DI CANNIO
JUGADOR DE LAZIO
HACIENDO EL SALUDO FASCISTA.

En varios clásicos se han leído citas provocativas (“Auschwitz es tu ciudad, los hornos son sus casas” o “equipo de negros seguido por Judios”). El bando romano no se queda atrás y, como los propios rivales se consideran foráneos por su nacimiento regional, suelen dedicarles cánticos irónicos con tintes igualmente racistas como: “Equipo de ovejas seguidas por pastores”. Por tanto, cada Curva supone un auténtico complot contra el enemigo con el que a pesar de tantos actos vandálicos, les une una misma doctrina casi unificada desde el régimen fascista de Mussolini. Sus consignas políticas son prácticamente calcadas e incluso miembros de las dos facciones coinciden en manifestaciones ultraderechistas.

Este es el derby de la ciudad eterna, quizá el más violento, quizá el que prende en sobremanera las luces rojas en Italia, duelo de vecinos incómodos cuyo principal odio son las diferencias de su corriente política.


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